martes, 14 de mayo de 2013

AL-YAHIZ Y EL NACIMIENTO DE LA EVOLUCION


AL-YAHIZ Y EL NACIMIENTO
DE LA TEORIA DE LA EVOLUCIÓN [1]


Mehmet Bayrakdar
Facultad de Teología de la Universidad de Ankara (Turquía)
   
Aunque al-Nazzam [2] dio los primeros pasos en el terreno del pensamiento evolucionista en la historia de la ciencia, la teoría de la evolución en su forma completa fue presentada por primera vez por el gran zoólogo al-Yahiz, en el siglo IX. El fue el primero en formularla. La teoría de al-Yahiz es un ejemplo de la revolución y la innovación científicas que han tenido las más amplias repercusiones en el pensamiento humano. Es justo decir que muchos problemas de la filosofía de la Naturaleza se enfocaron de otra manera tras la revolución de al-Yahiz y sus sucesores. Antes de describir las opiniones del propio al-Yahiz y su influencia en los pensadores musulmanes y europeos, en especial sobre Lamarck y Darwin,  quisiera ofrecer algunos datos biográficos y bibliográficos. [3]
 


a. Reseña biográfica y bibliográfica
El nombre completo de al-Yahiz es Abu ‘Uthman Amr bin Bahr al-Fukaymi al-Basri. Su sobrenombre de al-Yahiz se debe a una malformación en sus ojos (al-yahiz significa “el de los ojos saltones”). Nació en Basora el año 776 y poco se sabe de su infancia, excepto que, desde una edad temprana, una invencible voluntad de aprender y una notable curiosidad lo impulsaron hacia una vida independiente y, para desesperación de su familia, ociosa. [4] Se juntó con grupos que se reunían en distintas mezquitas, asistía como espectador a los debates y seguía las conferencias sobre filología, lexicografía y poesía pronunciadas por los principales eruditos y estudiosos de su época, en concreto al-Asma’i, Abu ‘Ubayda y Abu Zayd. Pronto adquirió un verdadero dominio de la lengua árabe, junto con el de la cultura popular y tradicional. [5] Más tarde, su valiosa inteligencia se ganó la admiración de los círculos mu’tazilíes [6] y los ambientes burgueses, donde las conversaciones, aunque a menudo superficiales, también versaban sobre asuntos filosóficos, teológicos y científicos. Su penetrante observación de los diversos elementos de una variada población aumentaron su conocimiento de la naturaleza humana, mientras que la lectura de toda clase de libros que comenzaban a circular por Basora le ofrecieron una cierta perspectiva sobre el mundo exterior. Sus primera actividad literaria le valió los elogios del califa al-Ma’mun y, por lo tanto, la consagración en una capital codiciada por tanta gente de provincias deseosa de que su talento fuera reconocido, para así llegar a la corte y establecerse allí.
A partir de entonces, sin abandonar Basora por completo, era habitual que al-Yahiz permaneciera durante largos periodos en Bagdad, y más tarde en Samarra, dedicándose al trabajo literario y científico. Durante algún tiempo fue maestro de los hijos de al-Mutawakkil. [7]   Aunque no disponemos de mucha información sobre su vida privada o pública, ya sea procedente de su biógrafo o de él mismo, por lo que sabemos se deduce que al-Yahiz nunca ocupó ningún cargo oficial ni tuvo ningún empleo fijo. Admite, sin embargo, que obtuvo considerables sumas de dinero por las dedicatorias de sus libros, y sabemos que, al menos por un tiempo, recibió una asignación del diwan. [8] Más tarde, en Bagdad, tuvo acceso a un rico acervo cultural que le permitió ampliar su visión y perfeccionar sus propias doctrinas filosóficas y teológicas, las cuales había comenzado a elaborar bajo la supervisión de los grandes mu’tazilíes de la época, entre los que destacan al-Nazzam y Thumana b. Ashras, quienes al parecer tuvieron una fuerte influencia sobre él.
Hacia el final de su vida se retiró a su ciudad natal aquejado de hemiplegia, y allí murió en 869 (225 d.H.). [9]  
Tanto desde el punto de vista político como desde el teológico, al-Yahiz fue un mu’tazilí. También fue un importante escritor musulmán en prosa. El lugar que ocupa dentro del desarrollo del pensamiento islámico no es desdeñable en absoluto. Fundó una escuela de pensamiento que lleva su nombre, al-Yahiziyya. [10]   Fue un genio en la ciencia de la zoología y, entre otras muchas cosas, aprendió cómo obtener amoniaco y cloruro de amonio mediante destilación seca a partir de restos animales. [11]   
Siendo como era un erudito en diversos campos y un hombre de letras, al-Yahiz produjo una gran cantidad de obras, al igual que otros muchos escritores musulmanes. El catálogo de sus trabajos se acerca a los doscientos títulos, [12] de los cuales sólo se han conservado en su totalidad alrededor de una tercera parte, mientras que el resto parece que se ha perdido irremediablemente. [13] Su obra más importante es “El libro de los animales” (Kitâb al-hayawan), [14] donde emplea un método empírico y científico, y no sólo discursivo, como cree Sarton. [15] Por eso Asín Palacios habla de “observación o experiencia directa” cuando se refiere a al-Yahiz. [16] El valor científico de este libro es grande y, como dice Asín Palacios, representa una verdadera contribución a la historia de la ciencia, y en concreto a la zoología. La principal fuente de “El libro de los animales” de al-Yahiz es un libro sobre zoología de su precursor y contemporáneo ‘Abd al-Malik bin Qurayb al-Asma’i (739- 831). [17] El Kitâb al-hayawan ha sido objeto de muchos estudios y tuvo una gran influencia sobre los científicos musulmanes posteriores y, a través de ellos, también sobre los pensadores europeos.

b. El punto de vista de al-Yahiz sobre la evolución
Después de un largo estudio sobre los animales, al-Yahiz fue el primero en presentar su punto de vista sobre la evolución en su “Libro de los animales”, el cual contiene los gérmenes de muchas de las teorías evolutivas posteriores (la embriología, la teoría de la evolución, la adaptación o la sociología y la psicología animales). [18]  
En primer lugar, al-Yahiz trató de clasificar a los animales con un verdadero espíritu científico, en una serie lineal, comenzando por los más simples para continuar con los más complejos. Al mismo tiempo, los ordenó en grupos con marcadas similitudes, y esos grupos los dividió en subgrupos para averiguar el origen del mayor número de especies. [19]  
Como uno de los primeros exponentes de las ciencias zoológicas y antropológicas, al-Yahiz descubrió y reconoció el efecto de los factores medioambientales en la vida animal, y también observó la transformación de las especies animales producida por diversos factores. En muchos pasajes extraordinarios de su libro también nos describe, tanto de un modo científico como en un lenguaje llano, la lucha por la supervivencia, su objetivo, sus mecanismos y su importancia. Respecto a los mecanismos de la evolución, al-Yahiz describe tres: la lucha por la supervivencia, la transformación de unas especies en otras y los factores medioambientales. Veámoslos ahora lo más brevemente posible.

- Lucha por la supervivencia.- para al-Yahiz, el principal factor de la evolución es la lucha por la supervivencia o, en un sentido más amplio, la selección natural. Esta opera junto al instinto de conservación y lo que él llama la permanencia del ego. Según al-Yahiz, entre cada individuo hay una batalla innata por la vida. La existencia es una batalla entre unos individuos y otros. La teoría de al-Yahiz de la lucha por la supervivencia puede por tanto definirse en virtud de los distintos índices de mortalidad, el menor de los cuales caracteriza al grupo más fuerte y mejor adaptado. Para al-Yahiz, la lucha por la supervivencia es una ley divina; Dios produce alimento para algunos organismos mediante la muerte de otros. Dice lo siguiente: “la rata sale para reunir su comida, la busca y la captura. Se alimenta de otros animales inferiores, como pequeños pájaros [...] oculta a sus crías en túneles que excava y cubre para protegerse y protegerlas del ataque de las serpientes y de las aves. A las serpientes les gusta mucho comer ratas y a su vez  aquellas se defienden del peligro de los castores y las hienas, que son más poderosos que ellas. La hiena puede atemorizar al zorro, y este último a todos los animales que son inferiores a él. Esta es la ley según la cual unos organismos se alimentan de otros [...] todos los animales pequeños se alimentan de animales aún más pequeños, y ningún animal grande puede comer animales aún más grandes. Los hombres se comportan como animales con los demás hombres.” [20] De este modo, según al-Yahiz, la lucha por la supervivencia no sólo existe entre miembros de diferentes especies, sino también entre miembros de la misma. [21]  
Por lo que dice al-Yahiz, podemos afirmar que Dios ha creado una Naturaleza que se reproduce de manera pródiga y también ha establecido la ley de la lucha por la supervivencia para mantener a la Naturaleza dentro de unas proporciones limitadas. De lo contrario, podrían surgir trastornos que limitarían la riqueza y las especies naturales. Podemos ver en el notable pasaje antes citado el germen de la teoría de la selección natural de Darwin y de los neodarwinistas.

- Transformación de las especies.- Al-Yahiz, al igual que más tarde lo hicieron Lamarck y Darwin, considera que es posible la transformación y la mutación de las especies. La transformación opera junto al efecto de los factores medioambientales. Además, al-Yahiz afirmaba que las formas originales se separaron en nuevas especies mediante el lento desarrollo de nuevas características que las ayudaron a sobrevivir a las condiciones medioambientales. Al-Yahiz afirma lo siguiente: “La gente afirma cosas diferentes con respecto a la existencia de la forma original (al-misj) de los animales. [22] Algunas personas aceptan que evolucionó y dicen que dio existencia al perro, al lobo, al zorro y otras especies similares. Los miembros de estas familias procederían de esa forma original ( al-misj).” [23] Añade, además, que la voluntad y el poder de Dios es el principal factor que provoca la transformación, y Dios puede transformar cualquier especie en otra siempre que Él lo deseé. Por lo tanto, al-Yahiz defiende la transformación y la mutación de las especies, debido a diferentes factores, entre ellos la voluntad de Dios. [24] Aquí, al-Yahiz toma parte de su material de las afirmaciones hechas por diversos eruditos.

- Factores medioambientales.- En cuanto al efecto de los factores medioambientales sobre las especies, al-Yahiz cree que la comida, el clima, la guarida y otros elementos tienen efectos biológicos y psicológicos sobre las especies. Según él, además, estos factores también conducen a las especies a una dura lucha por la supervivencia. En un entorno cambiante, también cambian algunos caracteres que poseen cierto valor para la supervivencia. El proceso de cambio de estos caracteres a lo largo de las distintas generaciones permite a los organismos adaptarse mejor a su entorno. De este modo, los organismos sobreviven y tienen la oportunidad de reproducirse y transmitir sus características a sus descendientes. Por lo tanto, al-Yahiz basa su teoría en el mayor o menor uso de los órganos animales para una mejor adaptación al medioambiente.
Dice al-Yahiz: “Sin duda, hemos visto que, en ciertos entornos geográficos, algunos navegantes nabateos se asemejaban a los simios; probablemente también hemos visto a algunas personas procedentes de Marruecos y las hemos encontrado muy parecidas a los al-masj, [25]   excepto por pequeñas diferencias [...] Y es posible que el aire y el agua contaminados y el polvo provoque este cambio en las características de estos marroquíes [...] Si este efecto es cada vez más grande en ellos, esos cambios en su barba, sus orejas, su color y su forma (similar a los simios) serán cada vez mayores...”  [26]
Según al-Yahiz, estos serían los principales mecanismos de la evolución. Ahora, hablaré de la gran influencia de al-Yahiz sobre los científicos musulmanes y europeos. La zoología y la teoría de la evolución de al-Yahiz han afectado profundamente al desarrollo de la zoología y la biología en general. Su teoría de la evolución ejerció cierta influencia sobre los Ijwan al-Safa’ (“Hermanos de la Pureza”) [27] y otros ilustres filósofos como Ibn Miskawayh, al-Biruni [28] o Ibn Tufayl, [29] con quienes la teoría de al-Yahiz adquirió un nuevo sentido, en la medida en que de ella nacieron dos nuevas doctrinas. Una, cosmológica, pues fue aplicada a los fenómenos de todo el universo; y la otra, sociológica, pues fue aplicada a los fenómenos sociales. Además, Ibn Miskawayh e Ibn Jaldún [30] explicaron el verdadero significado de la Profecía y la demostraron mediante esta teoría. De este modo, la teoría de la evolución de al-Yahiz, puramente biológica, se convirtió más tarde en la fuente de diversas doctrinas evolucionistas de carácter sociológico, metafísico y cosmológico dentro del pensamiento islámico.
Por otro lado, varios zoólogos y naturalistas musulmanes se hicieron eco de la teoría de al-Yahiz, en especial al-Zakariyya’ al-Qazwini, en su ‘Aya’ ib al-Majluqat, Mustawfi al-Qazwini, en su Nuzhat al-Qulub, y al- Damiri, en su Hayat al-Hayawan , por no mencionar a otras personalidades literarias como al-Masudi o Ibn Qutayba.
En cuanto a la influencia de al-Yahiz sobre los pensadores europeos, ésta ha sido objeto de dos estudios principales: Der Darwinismus im X und XIX Jahrhundert, de Fr. Dieterici (Leipzig, 1878), y Darwinistisches bei Gahiz, de E. Wiedemann (Erlangen, 1915). Ellos ya encontraron antes que yo una gran similitud entre Darwin y al-Yahiz. De hecho, Darwin y sus predecesores adoptaron la teoría de al-Yahiz como la base de lo que en esencia serían sus teorías evolucionistas, formulándola de un modo más científico, en el contexto del desarrollo de la ciencia durante los siglos XVIII y XIX. Quizá la principal diferencia entre la teoría de al-Yahiz y las teorías modernas sea ideológica. La de al-Yahiz es de carácter teológico, en el sentido de que él acepta a Dios como causa primera de la evolución de los organismos vivos, considerando secundarios los demás factores, mientras que para Lamarck, Darwin y otros la evolución posee un carácter más inmanente y materialista. Aunque los mecanismos que explican la teoría sean más o menos los mismos, Darwin y otros científicos modernos se diferencian de al-Yahiz y de otros escritores musulmanes en la interpretación ideológica de la teoría.
 Al-Yahiz y otros pensadores musulmanes evolucionistas influyeron en Darwin y sus predecesores en varios aspectos. Pero, ¿cómo se transmitieron las ideas de al-Yahiz a los europeos? Antes de que se dieran a conocer C. Linnaeus (1707-1778), Buffon (1707-1788), E. Darwin (1731-1802), J. B. Lamarck (1744-1829) y Ch. Darwin (1809-1882), y mucho antes de que floreciera la escuela de Filosofía Natural en Alemania, los trabajos y estudios de al-Yahiz y otros se dieron a conocer en Europa gracias a la traducción que los propios europeos hicieron de estas obras. En cualquier caso, la zoología islámica penetró en Occidente ya en el siglo XVII. [31] Algunos europeos conocían el árabe y lo podían leer directamente de los libros de los científicos musulmanes; por ejemplo, el propio Darwin fue iniciado en la cultura islámica en Cambridge, de la mano de un orientalista judío llamado Samuel Lee. [32]  
La teoría de la evolución de al-Yahiz fue algo completamente novedoso en la historia de la ciencia, y antes de ella no existe nada semejante. Aunque algunos filósofos griegos como Empédocles y Aristóteles hablaron sobre los cambios de la naturaleza, en las plantas y los animales, nunca dieron los primeros pasos hacia una futura teoría de la evolución, como hicieron los musulmanes. Su concepto del cambio era simplemente una idea relacionada con el movimiento, a partir del cual nunca desarrollaron, explícita o implícitamente, la idea de evolución. [33]  


NOTAS.-

[1] Extracto, traducción y adaptación del artículo publicado en: http://www.salaam.co.uk/knowledge/al-jahiz.php
 

[2] Abu Ishaq Ibrahim b. Sayyar b. Hani', conocido como al-Nazzam (m. 835/45), fue un gran teólogo y biólogo, maestro de al-Yahiz. (Nota de la Redacción).

[3] Véase Charles Darwin, Asl al-anwâ‘ (“El origen de las especies” –en árabe–), Tanwir, Líbano, 2007. Para una visión opuesta a la teoría de la evolución, véase Harun Yahya, El engaño del evolucionismo, Al-Attique, Canadá, 2001. (Nota de la Redacción).

[4] Algunas fuentes afirman que descendía de una familia de origen esclavo procedente de África Oriental. Véase James E. Lindsay, Daily Life in the Medieval Islamic World, 2005, p. 72. (Nota de la Redacción).

[5] Ch. Pellat , “Al-Dlahiz”, en RI2, vol. II, p. 385.


[6] El movimiento mu’tazili es una escuela teológica del pensamiento islámico caracterizada por un firme racionalismo. Su origen data del siglo octavo y fue adoptada como enseñanza oficial durante el reinado del califa abbasí al-Ma’mun (r. 813-833). Aunque tuvo su origen en el mundo sunní, sus ideas han terminado por ejercer una mayor influencia entre los shi’íes. Para más información, véase Miguel Cruz Hernández, Historia del pensamiento en el mundo islámico. 1. Desde los orígenes hasta el siglo XII en Oriente, Alianza, Madrid, 2000. (Nota de la Redacción).

[7] Al-Mutawakkil Ala Allah Jafar bin al-Mu'tasim (821-861) fue un califa abbasí que reinó de 847 a 861. (Nota de la Redacción).

[8] La palabra diwan , de origen persa, posee diversos sentidos, pero en este caso se refiere a un organismo gubernamental de diversos Estados islámicos, o bien al funcionario representante de este organismo. (Nota de la Redacción).

[9] Ibn ‘Asakir, MMIJ, IX, pp. 203-217.

[10] Khaiib Baghdadi, XII, pp. 212-222. (Nota del Autor)
Baghdadi consideró a la Yahiziyya como una secta de la Qadariyya, la escuela del libre albedrío. Véase Roberto Marín Guzmán, “La mu’tazila, escuela librepensadora del Islam. Historia de una controversia teológica y triunfo del ash’ariamo. Siglos IX y X”, en Estudios de Asia y África 120 (vol. XXXVIII núm. 1 Enero-Abril, 2003), México, pp. 11-58. (Nota de la Redacción).

[11] G. Sarton, Introduction in the History of Science, vol. I, Washington, 1927, p. 597.

[12] Véase, por ejemplo, el Kitâb al-Bukhala'  o “Libro de los avaros”. (Nota de la Redacción).

[13] Ch. Pellat, “Gahiziana”, en Arabica , 1956/2; cf. C. Brockelmann , GAL, SI., p 241y sigs.

[14] Este libro fue publicado en siete volúmenes en El Cairo, entre 1323 y 1324.

[15] Sarton dice: “Su trabajo más importante es ‘El libro de los animales’, una recopilación muy detallada de carácter teológico y popular, en lugar de científico”. (Véase Sarton, ob. cit. , p. 597). Esta afirmación de Sarton no es correcta pues, de hecho, muchos de los conocimientos que figuran en el citado libro de al-Yahiz son el resultado de su observación personal y de sus experiencias, tal y como él mismo afirma en varios capítulos.

[16] Miguel Asín Palacios, “El ‘Libro de los Animales’ de Jahiz”, en Isis, vol. 14, 1930, p. 21.

[17] Algunas partes de este libro fueron publicadas por R. Geyer en Viena, en 1887; también en Viena, A. Haffner volvió a publicarlas entre 1895 y 1896. El libro sobre la creación del hombre aún no ha sido publicado.

[18] Ch. Pellat, “Al-Djahiz”, op. cit ., p. 386; cf.  Sarton, op. cit. , p. 597.

[19] Al-Yahiz, Kitâb al-hayawan , vol. I, El Cairo, 1909, p. 13. Véase también diversos capítulos de otros volúmenes.

[20] Ibidem., vol. VI, pp. 133-34. Hay también muchos pasajes en otros volúmenes que ilustran la lucha por la supervivencia. Véase VI, 139; VII, 47, 80. 14. lbidem., vol. VII, pp. 47-48.

[21] lbidem., vol. VII, pp. 47-48.

[22] Según algunas opiniones, esta forma original de los animales se habría perdido a causa de terremotos e inundaciones. Véase al-Jahiz, op. cit., vol. IV, p. 24; cf. vol. VII, p. 77.

[23] lbidem, vol. IV, p. 23.

[24] lbidem., vol. IV, pp. 24-25; cf. vol. VI, pp. 24-26.

[25] Opino que al-masj es una clase de mono. Véase lbidem , vol. IV, p. 24. No confundir al-masj con el ya citado al-misj .

[26] lbidem., vol. IV, p. 24; cf. vol. IV, pp. 25-27.

[27] Para más información sobre los Hermanos de la Pureza, véase Albert Reyna, “El concepto de religión en las epístolas de los Hermanos de la Pureza”, en revista Alif Nûn nº 48 , abril de 2007; Albert Reyna, Humanismo islámico: una antropología de las Epístolas de los Hermanos de la Pureza , Editorial Junta Islámica, Navarra, 2007. (Nota de la Redacción).

[28] Para más información sobre la figura de al-Biruni, véase “Al-Biruni, un precursor de la ciencia moderna”, en revista Alif Nûn nº 49 , mayo de 2007. (Nota de la Redacción).

[29] El Hayy Ibn Razqan , una de las principales obras de Ibn Tufayl, que contiene la filosofía evolucionista, fue publicada por primera vez en Europa por Edward Pocockes Sr. (1604-1690), junto con una traducción al latín publicada por Edward Pocockes Jr. (1604-1690) en Oxford, en 1671. (Nota del Autor).
La obra relata la vida de Hayy ibn Yaqzan, un personaje que se mantiene aislado de la sociedad, pero que, a través de sus propias experiencias y reflexiones, alcanza el conocimiento de la Divinidad. Existen varias traducciones de esta obra al castellano. Véase Ibn Tufayl, El filósofo autodidacto , Editorial Trotta, Madrid, 2003; Abuchafar Abentofáil, El filósofo autodidacta , Ediciones Obelisco, Barcelona, 2004; Ibn Tufayl, El filósofo autodidacta , Editorial Doble J, Sevilla, 2007. Para más información sobre la figura de Ibn Tufayl, véase Buenaventura Pérez Fernández, El Robinsón metafísico , Comarketing Wadi, Granada, 2006. (Nota de la Redacción).

[30] Para más información sobre la figura de Ibn Jaldún, véase Elías Trabulse, “Vida, obra y pensamiento de Ibn Jaldún”, en revista Alif Nûn nos 39 (junio de 2006) y 40 (julio de 2006) ; VV.AA, Miradas españolas sobre Ibn Jaldún , Ibersaf, Madrid, 2008; Marianela Nieto, Yo, Ibn Jaldún , El Almendro, Córdoba, 2009; Ibn Jadún, Introducción a la historia universal (Al-Muqaddimah) , FCE, México, 1997. (Nota de la Redacción).

[31] G. Sarton, op. cit ., vol. III, 2ª parte, p. 1641.

[32] Véase Sir F. Darwin, The Life and Letters of’ Charles Darwin , vol. I, Londres, 1887, p. 289. Samuel Lee (1783-1852) fue profesor de árabe y de hebreo. En 1821, publico un “Sylloge Librorum Orientalium”, y en 1829 tradujo al inglés Los viajes de Ibn Batuta (Véase la traducción al castellano: Ibn Batuta, A través del Islam , Alianza, Madrid, 2006 [Nota de la Redacción]). Para más información, véase The Dictionary of National Biography, vol. XI, Londres, 1917, pp. 819-820.

[33] R. C. Collingwood, The Idea of’ Nature , Oxford, 1945, p. 82.

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