CONGRESO MUNDIAL EVANGÉLICO - BERLIN, ALEMANIA
26 DE OCTUBRE DE 1966.
Su Majestad Imperial, delegados, amigos, damas y caballeros:
Cuando estábamos decidiendo sobre el programa para esta conferencia había un punto sobre el que me pregunté. Este era ¿qué jefe de estado habríamos de invitar y recibir en el nombre de Cristo? Y pensamos en varios, y lo que aparecía en los pensamientos de nuestra mente era ese gran país, Etiopía, la tierra de la Reina de Saba, registrado en el antiguo testamento, y recordamos la historia del libro de Hechos del noble etíope que fue convertido a Cristo, bautizado, y que regresó a Etiopía con el evangelio. Y desde ese día Reyes y Emperadores cristianos han gobernado en ese hermoso país.
Hace treinta y cinco años llegó al trono el Emperador Haile Selassie I Estableció una constitución escrita, estableció el parlamento, un moderno sistema de comunicación, construyó caminos, hospitales, escuelas y universidades; y luego el mundo entero se percató de Él durante los heroicos días de la guerra.
Su Majestad es el protector de la Iglesia Ortodoxa Estatal y es cabeza de la iglesia. Cuando regresó a su país el 5 de mayo de 1941, en ese día histórico, anunció al mundo que en Etiopía la ética cristiana en el gobierno, la libertad de conciencia e instituciones democráticas prevalecerían en su país.
El Emperador de Etiopia es un hombre que va regularmente a la iglesia y es un adorador de Jesús Cristo Señor y Salvador. Yo tuve el privilegio de estar en Etiopía en una campaña en Addis Ababa, y cuando yo hablé todas las escuelas fueron cerradas y vino la familia imperial y atendió al servicio.
Así que damos una calurosa bienvenida en el nombre de Jesús Cristo a nuestro distinguido invitado esta mañana: Su Majestad Imperial Emperador Haile Selassie I de Etiopía.
Billy Graham
DISCURSO DE SU MAJESTAD IMPERIAL QADAMAWI HAILE SELASSIE:
Como Jesús Cristo ha dicho: “donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, ahí Estaré en medio de ellos”. Esta es nuestra esperanza de que estas palabras serán cumplidas en esta asamblea. Estamos felices de estar presentes en esta famosa ciudad de Berlín donde los líderes Cristianos están reunidos para considerar el camino y la manera de expandir nuestra fe Cristiana en el mundo. Agradecemos al Sr. Billy Graham por invitarnos y permitirnos dirigirnos a esta asamblea. La propagación de la Fe Cristiana entre las naciones se ha convertido en una tarea de suprema importancia en esta era como es evidenciado por esta gran asamblea entre lideres cristianos.
Como todos ustedes saben, es desde hace siglos que nuestro país, Etiopía, aceptó el evangelio de Cristo. Aprendimos de las sagradas escrituras que el primer etíope que confesó fe en Jesús Cristo fue bautizado tan solo a pocos meses de la muerte y resurrección de Nuestro Señor. Desde entonces el Cristianismo se expandió rápidamente entre la gente etiope y se convirtió en la religión de los etíopes en el Siglo IV. Esto es motivo de orgullo para nosotros, una causa especial para agradecer al Todopoderoso Dios, cuando recalcamos que la Fe cristiana fue introducida a nuestro pueblo por la Corte Imperial a través de la mediación del entonces Monarca reinante.
La historia etiope testifica que nuestros ancestros, que se levantaron después de los primeros Emperadores Cristianos, fueron hombres y mujeres que tenían gran celo y entusiasmo por la Fe de Cristo e hicieron todo lo que estuvo a su poder para propagarla entre nuestro pueblo. Muchos entre ellos, como el Emperador Caleb, que vivió en el Siglo V y el Emperador Lalibela, y sus sucesores inmediatos quienes vivieron en el Siglo XX, han sido canonizados.
Cuando los países del Medio Oriente, Noreste de África y Asia menor, donde el evangelio fue predicado por los Apóstoles, fueron superados y sucumbieron bajo un poder opuesto a la Fe Cristiana, Los soberanos y el pueblo de Etiopia se mantuvieron firmes en su amor profundo por la Fe de Cristo y suplementados por la naturaleza de su tierra nativa, pusieron resistencia para preservar a Etiopia como una tierra de Cristiandad. Profundo es nuestro agradecimiento a nuestro Dios por esta gracia. Numerosos son nuestros ancestros, quienes a lo largo de los siglos consagraron y sacrificaron sus vidas en el campo de batalla donde Etiopia fuertemente sobrevivió en su Fe Cristiana.
Cuando, después de estos valiosos predecesores, asumimos el liderazgo de nuestro pueblo medio siglo atrás, nosotros agudamente nos fuimos enterando de la magnitud de la sagrada confianza y la responsabilidad otorgada a nosotros para trabajar por la gloria de Dios y la continuación del bienestar duradero de nuestro pueblo. Durante los pasados 50 años no solamente trabajamos para que nuestro pueblo pudiera tener una mejor vida mientras estén en esta tierra, sino que también no reparamos nuestras energías y tesoros para desarrollar su herencia espiritual, cuyo valor ninguna mente humana puede apreciar.
Hemos trabajado para que las sagradas escrituras y los libros dejados a nosotros por los Padres de la Iglesia sean multiplicados por medio de técnicas modernas de impresión y sean distribuidos para todos y no solamente en nuestro lenguaje moderno sino también en el Ge'ez, nuestra lengua antigua. Nuestra Iglesia Ortodoxa Etiope, la cual fue cortada por siglos de sus Iglesias Cristianas seguidoras por siglos, se ha unido al Concilio mundial de Iglesias y cooperado en la tarea de fortalecer la Fe para traer la Unidad de la Iglesia. Hemos ayudado y continuaremos ayudando a los misionarios que han sido enviados desde otras tierras a predicar el evangelio a aquellos de nuestro pueblo que no han llegado a conocer la salvadora gracia de Dios.
Como la unidad de la iglesia es de gran importancia para nosotros y, Dios mediante, siendo esperanzados que este objetivo sagrado pueda ser logrado en nuestros días y edad, nosotros estuvimos felices de haber convocado, hace dos años atrás, un encuentro de las cabezas de las Iglesias Ortodoxas Orientales en nuestra Ciudad Capital de Addis Ababa para discutir los caminos y formas para traer armonía y unidad en la iglesia. Nos referimos a todos estas cosas solamente para indicar que esta era, sobre todas las eras, es un periodo en la historia donde será nuestra tarea vital el predicar el Evangelio de la Gracia para todos nuestros fieles hombres y mujeres. El amor mostrado en Cristo por nuestro Dios hacia la humanidad debería obligar a todos los que somos seguidores y discípulos de Cristo, a hacer todo lo que este en nuestro poder para ver que el Mensaje de Salvación sea llevado a aquellos de nuestros fieles por quienes Cristo nuestro Salvador fue sacrificado y que no han tenido el beneficio de oír las buenas nuevas. Desde que nadie puede interferir en la voluntad de Dios nosotros debemos tolerar y vivir lado a lado con otros de distinta fe. Sin embargo, si la amenaza viene debemos resistir con coraje cualquier incursión. Nosotros deseamos recordar aqui el espiritu de tolerancia mostrada por nuestro Señor Jesus Cristo cuando El fue misericordioso con todos incluyendo aquellos que le crucificaron.
En estos días modernos, hay una multitud de cosas publicadas en imprentas y en audiciones en la radio que cautiva la mente y espíritu humano; muchas nuevas ideas son diseminadas por los eruditos. Cantidad de maravillosos artificios se ha producido para hacer la vida más y más confortable. Los ricos poderes han incrementado por la exploración y explotación de esta tierra y han rivalizado mutuamente por explorar y conquistar la luna y los planetas. El conocimiento ha aumentado de una manera acelerada. Todo esto es bueno, maravilloso y digno de elogio. ¿Pero cuando será el final de todo esto? Es nuestra firme creencia de que solamente lo que el Señor desea es lo que se hará. Debemos ser cuidadosos de que los resultados alcanzados por el ser humano no se equiparen con los de la Torre de Babel, que se derrumbó en las manos de la gente que la construyo en la antiguedad. El apóstol Pablo dijo: "El conocimiento de este mundo es una ridiculez comparado con Dios" y "El Señor conoce los pensamientos del más inteligente y aquellos son en vano". La razón de esto es que generalmente hablando el hombre hace a sí mismo y a su conocimiento el principio y final de su necesidad en la vida, y nosotros estamos convencidos de que el final de esto es destrucción y muerte.
Nuestro Señor Jesús Cristo dijo: "¿Qué gana el hombre teniendo todo el mundo y perdiendo su alma?”¿Qué hizo que el esfuerzo de aquellos que trataron de construir la Torre de Babel se convirtiera en nada? ¿No fue porque ellos trataron de vivir apartados del Creador, y porque, vanagloriándose de su propia sabiduría, trataron de construir una torre que en la que el tope alcanzara el cielo, dándose fama para ellos?
Es nuestra convicción de que todas las actividades de los hijos de los hombres que no se guían por el Espíritu y consuelo de Dios no producirán la fruto duradero, no serán aceptados a la vista del Señor por lo tanto caerán en la nada como la Torre de Babel.
Es por esta razón es que la Iglesia de Cristo, y especialmente los lideres Cristianos, tienen una enorme responsabilidad. Ya sea sabia o poderosa una persona, es como un barco sin timón si no esta con Dios. Un barco sin timón esta a la merced de las olas y el viento, a la deriva de la circunstancia y si se levanta un torbellino este se estrella contra las rocas y se convierte en algo que nunca ha existido. Esta es nuestra firme creencia de que un alma sin Cristo esta obligada a encontrarse con una no mejor suerte. Por lo tanto, oh! Cristianos, levantémonos y, con el sello espiritual y seriedad con la cual se caracterizaron los Apóstoles y los primeros Cristianos, trabajemos para liderar a nuestros hermanos y hermanas a Nuestro Salvador Jesus Cristo, quien solo puede dar vida en su completo sentido.
Qadamawi Haile Selassie
No hay comentarios:
Publicar un comentario